lunes, 30 de noviembre de 2015

JUAN CARLOS I Y SOFÍA DE GRECIA, PEREGRINOS EN GUADALUPE

Juan Carlos I y Sofía de Grecia (1975-2014)

Nieto de Alfonso XIiI e hijo de Juan de Borbón y Battenberg y María de las Mercedes de Borbón Dos Sicilias, fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1975, tras la muerte del general Francisco Franco, según la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947 y reconocido como tal por la Constitución Española de 1978, como legítimo heredero, tras la renuncia de su padre, el Conde de Barcelona, otorgándole la Jefatura del Estado.

Durante su reinado, uno de los más largos e intensos de nuestra historia, se han consolidado las libertades y los derechos del pueblo español, se aprobó la Constitución, convirtiendo a España en una Monarquía Parlamentaria, supo hacer frente al intento de golpe de Estado de 23 de febrero de 1981, apoyó decididamente nuestro ingreso en la Unión Europea de la que formamos parte, ha sabido estrechar las relaciones con los países iberoamericanos y con el mundo árabe, como Jefe de Estado ha sido y es reconocido en todo el mundo, su papel ha sido decisivo para alcanzar la estabilidad democrática de España, en el que ha trabajado con siete presidentes de gobierno. Debido a sus problemas de salud, el 18 de junio de 2014, abdicó en su hijo, el Príncipe de Asturias, Felipe VI.

Conocedor de la historia de Guadalupe quiso peregrinar, siendo Príncipe, al Santuario de las Villuercas para encomendarse a Nuestra Señora (18.2.1961) prometiéndola que antes de un año volvería a su Santa Casa, promesa que cumplió el 18 de noviembre de este mismo año, manifestando que jamás olvidaría ese primer encuentro con la Reina de las Españas y que deseaba volver antes de un año, aunque no se atrevía hacer de nuevo dicha promesa por no saber si podría cumplirla.

En su tercera visita (21.11.1965) al monasterio, vino acompañado de su querida esposa, Sofía de Grecia y dejó consignado el deseo de que aún le faltaban 20 veces más hasta igualar a la Reina Isabel La Católica, aunque esperaba llegar pronto a esa cifra.

En su cuarta visita y primera como Rey de España (10.3.1977) viajo por Extremadura hasta llegar al corazón espiritual de esta tierra, acompañado también por la Reina Sofía, manifestando que era maravilloso encontrarse en este Santuario de la Virgen de Guadalupe, Patrona de la Hispanidad, a la cual todos nos sentimos muy unidos con una gran devoción.

Un año después, el 12 de octubre de 1978, toda la Familia Real: Juan Carlos, rey. Sofía, reina. Elena, Cristina y Felipe de Borbón peregrinaron hasta el monasterio con motivo del 50 aniversario de la Coronación canónica de Santa María de Guadalupe, expresando S. M. que era un gran día para España, Portugal, Filipinas y Países Iberoamericanos, unidos todos aquí en torno a la Reina de la Hispanidad.


Todavía los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, han llegado cuatro veces más hasta Guadalupe: 1990. 2ª visita oficial a Extremadura, donde pidió a la Virgen de Guadalupe, que protegiera a España y a los españoles, a sus pueblos y comunidades, a sus hijos y a las naciones hermanas que un día, aquí, en esta arquitectura rocosa fueron imaginadas como un Nuevo Mundo. 1992: La Reina Sofía, con motivo del V Centenario del Descubrimiento. 1994: Juan Carlos, rey. Sofia, reina. Alberto y Paola [Reyes de los Belgas], en visita oficial. 2003: La Reina Sofía, en el 75 aniversario de la Coronación de la Virgen de Guadalupe.

domingo, 15 de noviembre de 2015

ALFONSO XIII, PEREGRINO DE GUADALUPE

Alfonso XIII (1886-1941)

Hijo póstumo de Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena, fue el primer Borbón que peregrinó a Guadalupe, reanudando así la tradición que habían interrumpido sus antecesores en el decurso de los tres últimos siglos. Tal vez por eso, su padre Alfonso XII pronunció la siguiente frase: “¡Quién sabe si los males que nos agobian no son un castigo por la ingratitud con que hemos pagado a la Virgen de Guadalupe su protección también marcada!”.

Fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la II República (1931), aunque asumió el poder a los dieciséis años (1902). Bajo su reinado España resurgió de nuevo como nación industrializada, hubo un notable crecimiento demográfico, retornó la cultura, tomó parte de nuevo en Europa y volvió su mirada hacia América, después del desastre del 98, aunque los grandes problemas sociales, especialmente las clases populares y la pésima situación de los campesinos, la guerra con Marruecos, el nacionalismo catalán, la falta de apoyo por parte de la clase política y su apego a la dictadura de Primo de Rivera dinamitaron la monarquía liberal que intentaba implantar.

Ante esta situación Alfonso XIII abandonó España tras las elecciones de 1931, que habían sido planteadas como un verdadero plebiscito entre monarquía y república, con el fin de no derramar sangre entre los españoles.

De su humanidad y justicia hablan sus acciones personales que ejerció loablemente durante la I Guerra Mundial, con la creación de la Oficina pro-cautivos, quizás la primera gran acción de un gobierno en la historia. Preocupado por la educación y la cultura, donó a la Universidad y al Estado terrenos para construir la Ciudad Universitaria.

Guadalupe también comenzó a resurgir de sus propias ruinas con el reinado de Alfonso XIII, su primer impulso, aunque débil, le llegó con la declaración del Santuario como Monumento Nacional Histórico Artístico, con la Real Orden de 1 de marzo de 1879, aunque no sería hasta el 20 de mayo de 1908 cuando otra Real Orden entregaba a los hijos de San Francisco “la conservación, guarda y gobierno del Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe”, con el fin de que dieran mayor esplendor posible a los cultos y devoción a la Santísima Virgen, así como estar obligados a tener escuelas de Primera Enseñanza gratuitas para contribuir a moralizar, educar e instruir a las clases pobres de la comarca. A ello quiso S. M. también contribuir personalmente, ordenando se recogiesen cuántos libros duplicados se hallasen en la Biblioteca Real, enviando más de 300 volúmenes.

En su viaje a Extremadura, a las entonces deprimidas Hurdes, quiso llegar hasta Guadalupe, el 11 de diciembre de 1926, reanudando así la tradición de la Corona de España, cuyas gestas más gloriosas compartió siempre con Guadalupe.

Dos años después, Alfonso XIII alentó con su visita (11 de octubre), uno de los hechos más trascendentes de la historia de este Santuario Nacional, la Coronación de Santa María de Guadalupe, el día 12 de octubre de 1928, depositando sobre sus sienes la corona rica Hispaniarum Regina, regalo del pueblo español. En acto seguido, hizo entrega a Nuestra Señora de su bastón de mando, que desde entonces lleva colgado sobre su mano como un atributo más de su poder y realeza.