Reyes
Católicos: Isabel y Fernando (1474-1504)
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Firma de las sobrecartas a Cristóbal Colón en Guadalupe |
Hija y hermana de reyes, esta
infanta de España, forjada a sangre y fuego en las luchas dinásticas, accedió
al trono en 1474, conjuntamente con su esposo, Fernando, príncipe de Aragón con
el que casó en 1465. Con su matrimonio, no solamente consiguieron poner fin a
las luchas dinásticas, someter a la nobleza y conseguir la tan deseada unidad
de España.
Después de ganar la guerra de
sucesión castellana a los partidarios de la “Beltraneja”, Isabel como gran
estratega política reorganizó el sistema de gobierno y la administración,
centralizó las competencias que ante ostentaban los nobles, reformó el sistema
de seguridad ciudadana, implantó una reforma económica para reducir la deuda
que soportaba el Estado.
Como sus antecesores, se
encomendó a Nuestra Señora de Guadalupe en el último bastión de la Reconquista.
Conseguida la victoria, el 4 de enero de 1492, sobre el reino de Granada, la
reina escribe al prior de Guadalupe para que de gracias a Dios y a Nuestra Señora
que tuvo a bien escucharla, cuya carta original se conserva en el Archivo del
Monasterio. Aquí dejaron a sus hijos durante la contienda. Aquí regresaron para
dar gracias y descansar durante un mes e inaugurar la Hospedería Real levantada
por Juan Guas.
En su deseo de forjar el Estado
moderno que España necesitaba tuvo que
afrontar decisiones dolorosas como fueron la expulsión de los judíos y más
tarde la de los musulmanes, por el contrario, supo proyectar el Reino de España
a otros mundos, con el descubrimiento de América, donde desde el principio veló
por los derechos de los indígenas, lo que le valió que en 1496 el papa
Alejandro VI les otorgara el título de “Los Católicos.
Guadalupe fue su “paraíso”, donde
seguramente hubiera querido reposar para siempre, si el deber de Estado no
hubiera prevalecido sobre sus sentimientos, aunque dicha decisión trató de
mitigar dejando en custodia su testamento y codicilo.
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Testamento de Isabel La Católica |
Así lo corroboran su
correspondencia epistolar con el monasterio, sin lugar a dudas la más numerosa
e importante, 147 documentos depositados en el legajo cuarto de nuestro
archivo, sus numerosas visitas, 19 veces peregrinaron los Reyes Católicos a
Guadalupe, Fernando incluso murió en Madrigalejo (1516), camino del Santuario.
Ciertamente que esta predilección
y afecto era mutuo y recíproco desde que siendo niña su educación fue
encomendada a fray Gonzalo de Illescas, desde entonces la ayuda de esta Santa
Casa para las necesidades del Reino no
dejaron de crecer y así hicieron ellos con los notables privilegios otorgados y
las ofrendas realizadas a la Virgen: ricas lámparas, como la de 1492, en
gratitud por librar al rey de una muerte segura en el atentado de Barcelona; un
crucifijo de cinco kilogramos, elaborado con el primer oro de las Indias; una valiosa
casulla morada; un manto verde con el que se confeccionó el terno del “Tanto
Monta”.
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