sábado, 29 de agosto de 2015

LA SÁBANA SANTA DE GUADALUPE

SÁBANA SANTA: Testimonio del Sepulcro de Cristo

Sábana Santa de Guadalupe
Lienzo
Medida: 2’97 x 0’87 mts.
Época: 1588.
Capilla de San José o Relicario
Texto: Fray Sebastián García, ofm. “Exposición Vida de Cristo”. Guadalupe, 2002.

Comentario:

En el Relicario de este Real Monasterio se guarda desde 1599 una preciosa Reliquia de la Sabana Santa o Santo Sudario, tocado a la famosa Sabana de Turín (Italia), en la que según se cree, José de Arimatea envolvió el Cuerpo del Señor, cuando lo depositó en un sepulcro nuevo, después de su muerte.

Trajo esta preciosa Reliquia a Guadalupe Don Carlos Margarita, ayuda de guarda mayor de la Serenísima Infanta Doña María, Hija de Carlos I, que casó con Maximiliano I, emperador de Alemania, retirándose, cuando enviudó, a las Descalzas Reales de Madrid.

El lienzo, tocado a la Sábana de Turín, ofrece la imitación del cuerpo muerto del Señor.

Un testimonio de nuestro archivo, inserto en un códice titulado Traslados de los Testimonios de las Reliquias de esta Santa Casa, dice a este propósito:

El diputado para conservar la salud de la ciudad de Turin”

“Çertificamos a todos como estando  aquesta ciudad de Turín libre, a Dios graçias, de toda sospecha de peste, se partió de ella el Señor Carlos Margarita, ayuda de guarda mayor de la Sereníssima Infanta María nuestra Señora, para dar la buelta a España; el qual por su particular devoçión que tiene al Santíssimo Sudario de nuestro Señor Jesuchristo, por voto que tiene hecho de lleuar un retrato a la Beatíssima Virgen de Guadalupe en España, el último día de la próxima pasada fiesta de Pascua, con asistençia del Ilustríssimo y Reverendissimo Señor Cardenal de Paraggi y otros Prelados en aquella çiudad de Turín, en la iglesia mayor, hiço tocar efectivamente al mesmo Santissimo Sudario, que a aquella  hora se enseñaba a todo el pueblo, una olanda de veinte palmos de largo, y como más cumplidamente abaxo pareçe por la fee alegada del muy Reverendo Señor Juan Baptista, protonotario apostólico y limosnero mayor del Serenissimo Duque de Saboya nuestro Señor, y habiendo [la] visto firmada de su propia mano y sellada. Y en testimonio de esto, avemos conçedido la presente, dada en Turín a 24 de abril de 1588= por el presente Conservador”.

La Sábana guadalupense ofrece pintados un ángel de la anchura de la holanda que sostiene con ambas manos el lienzo dibujado con tenue sombreado. En el centro del dibujo, en color gris esfumado, se aprecian dos figuras de un hombre desnudo visto de frente, en una y de espalda en la otra, dispuesta a lo largo de la Sábana y, a continuación la una de la otra, oponiéndose por las cabezas, la una de la otra, posición exactamente igual a las de las figuras de la Sábana Santa de Turín, ambas miden 1’10 metros. Las llagas y heridas aparecen pintadas con color sangre.

En otro tiempo esta Reliquia se ofrecía a la veneración de los fieles el 30 de septiembre, fiesta de San Jerónimo.

Los historiadores antiguos del monasterio ofrecen explícitas referencias a esta sábana. Entre otros el erudito padre Francisco de San José:

“Estímanse sin precio (que no le tiene) dos sábanas con el verdadero retrato de la que cubrió el Cuerpo de Christo, nuestro Señor en el Sepulchro, tocadas a su original, que se guarda en Turín, Corte del Duque de Saboya”.

Bibliografía:

GRACIA VILLACAMPA, Carlos, O.F.M., “La Sábana Santa de Guadalupe”, en Grandezas de Guadalupe. Madrid, 1924, pp. 423-427.
VILLADARES, B.F., “La Sábana Santa de Turín”, en Razón y Fe, 15, p. 360-361.

SAN JOSÉ, Francisco de, O.S.H., Historia de la Primitiva y Milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Madrid, 1743, pp. 63.

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